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LA NOVIA DE CULIACÁN

Es una manifestación cultural y artística, inspirada en Guadalupe Leyva Flores, mejor conocida como La Novia de Culiacán, personaje entrañable que hoy es una leyenda local. Vivió y recorrió las calles de Culiacán por más de treinta años. La ciudad la llamó así porque vestía de blanco para mostrar la pureza de su alma; con el tiempo recibió de algunas tiendas de ropa vestidos de Novia ya rezagados. Ella los modificó confeccionándolos como vestidos de Misionera, dedicó su vida a buscar recuperar el Tesoro de la Divina Gracia. Lupita, originaria de Ahome, estuvo casada y con cuatro hijos, su única niña murió a los pocos días de nacida por una infección en el cordón umbilical. Murió en 1982.

De 1996 a 2014, María Romero se vistió de La Lupita en un acto puro e individual. Con el tiempo, esta acción se convirtió en el performance La Novia de Culiacán. En 2015 lo abrió convocando a mujeres y público en general a una experiencia colectiva. Afirma que La Novia fue su tabla de salvación ante la muerte de su madre. Si la sanó, podrá hacerlo para aliviar la imagen que se tiene de Culiacán. Es la única celebración en el mundo que usa el vestido de novia como soporte para replantear la imagen de la mujer en la sociedad y la familia.Con el atuendo modificado a su gusto y propósito, las mujeres representan una misión de vida convirtiendo esta expresión en un acto legítimo, como lo hiciera Guadalupe Leyva bajo la consigna «No es un vestido de novia; es un vestido de misionera».

«El vestido que uso tiene conmigo más de veintiséis años, lo pedí prestado a Hilda la mejor amiga de mi hermana Jovita y catequista de la Iglesia SanJuan de los Lagos en la colonia libertad en Culiacán Sinaloa. Mi hermana fue dama de honor y asistí a la boda, tenÍa doce o trece años, creo. En 1996 supe porque le había pedido prestado el vestido de Novia a Hilda, lo usé para enfundarme en él y salir al centro de Culiacán para recorrer las calles por las que me daba tristeza caminar, sentí el asombro de algunos al verme, risitas y burlas de otros, los niños a mi paso se escondían atrás de su mamá. Durante veinticuatro años el vestido sufrió rasgaduras y deterioro por los recorridos, lo he ido restaurando cada vez que es necesario. En 2015 decidí confeccionarlo como mi vestido de misionera, mi causa; la TRADICIÓN del recorrido La Novia de Culiacán cada 22 de diciembre en busca de recuperar el Tesoro de la Paz y la Justicia. El vestido lleva un árbol de Tabachín en el frente del que se desprenden diminutas hojas de flores, tiene integrado tul para darle una visión de sutileza, está bordado con hilos de seda muy delgados, que por su fineza dan la impresión de ser una acuarela, la parte inferior el lettering con mi nombre está enmarcado por las raíces y combina con una gama de azules que representan los once ríos de Sinaloa, donde navegan algunos objetos que Guadalupe Leyva perdió en la tormenta que se llevó sus pertenencias. Planeo bordar solo la parte inferior del vestido, en la superior solo algunos detalles. En el vestido represento el escenario más bello de mi casa, un tabachín que florecía cada verano y adornaba la cocina y patio, los pétalos de las coloridas flores daban alegría y frescura al desprenderse con el aire. El vestido está en proceso, lo voy elaborando poco a poco…»

María Romero

 

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